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Diccionario Ideológico Personal

Pretendo hacer posible la publicación de un libro titulado Diccionario Ideológico Personal, del cual soy autor, gracias a pequeñas aportaciones de amig@s y conocidos; a cambio de sus aportes, se convertirán en Mecenas del libro y recibirán las recompensas elegidas de acuerdo a su contribución.

Jose Gimbel García

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Una aproximación al Diccionario...la Idea

El Diccionario Ideológico Personal contiene una recopilación ordenada de más de 500 textos en los que, aprovechando la inocente apariencia de un Diccionario, he podido escribir sobre lo divino y lo humano utilizando para ello una variada paleta de estilos y formatos que van del poema al microrrelato, pasando por el cuento, la gregüería, el ensayo, y hasta algo hay de diálogo teatral. Se trata, en definitiva, de una obra personal (muy personal), ideológica sin duda (aunque no sólo ni principalmente ideológica), y que de diccionario tiene lo justo. Si hubiera que definirlo en dos palabras habría que hablar de literatura conceptual, o algo parecido.

Una aproximación al Diccionario...el Objeto

El Diccionario Ideológico Personal está escrito en idioma castellano y verá la luz en dos soportes:

a) Soporte digital (e-book), que a su vez podrá adquirirse en tres formatos (ePub, Formato mobi para el Kindle, o Pdf) ;

b) Soporte papel (formato de 16,5 x 24 cm., impresión a una tinta en papel ahuesado de 90-100 gr, 280 páginas), que a su vez podrá adquirirse en dos encuadernaciones distintas: tapa blanda (cubierta a una tinta en cartulina con solapas de 230-260 gr) o en tapa dura.

¿Por qué un proyecto de Micromecenazgo?

La idea es que a través de las aportaciones individuales de muchas personas (que en eso consiste el Micromecenazgo) se está en mejores condiciones de financiar la edición y distribución del libro, sin necesidad de acudir ni a préstamos personales ni a bancos.

¿Cuál es el objetivo?

  • El objetivo es lograr, en 40 días con sus respectivas noches, compromisos de aportaciones por valor de 3.176 euros.

  • El período para recibir los compromisos de aportación por parte de l@s Mecenas comienza el 24 de noviembre de 2014 y finaliza el 2 de enero de 2015.

  • En caso de superar la cantidad que nos hemos fijado como objetivo podremos aumentar el número de ejemplares de tirada y mejorar la distribución de la obra.

  • En caso de no llegar al objetivo propuesto el libro no se edita y se anulan los compromisos de aportación que han realizado l@s Mecenas.

¿A qué se destinarán las aportaciones?

  • La Corrección de estilo, el Diseño, la Maquetación, Impresión, Encuadernación y Envíos de los libros a l@s Mecenas supondrán aproximadamente un 93% de los costes de producción.

  • Verkami, la plataforma a través de la cual realizamos este proyecto de micromecenazgo, se queda con el 5%; las plataforma de pago que se utilizarán para aportar seguridad a las aportaciones de los Mecenas se quedan a su vez entre el 1,35 y el 2 % de dichas transferencias.

¿Qué debe hacer alguien que quiera apoyar el proyecto como Mecenas?

Tan solo debe seleccionar una de las recompensas que hay a la derecha de la página, rellenar los campos, y !ya está!. En menos de un minuto habrá colaborado de forma directa para hacer posible este proyecto editorial. El cobro sólo se realizará en el caso de llegar a nuestro objetivo mínimo de financiación.

¿Cómo se canalizan los compromisos de aportación al proyecto?

Durante los 40 días en que el proyecto está en período de recaudación cualquier persona puede apoyar el proyecto a través de un compromiso de aportación que se realiza mediante tarjeta de crédito. Todo el proceso se realiza a través de una pasarela de pago de Catalunya Caixa o de PayPal, y ni Verkami ni el autor tienen acceso a tus datos bancarios.

Obra gráfica

La obra gráfica disponible está compuesta por tres originales, todos ellos en formato de 50 x 70 elaborados con café, lejía, acuarelas y tinta china sobre papel de 300 gramos, y con temática centrada en el grafismo del lenguaje. Son las siguientes:

Título: Marigrafía

Título: La Trama

Título: Geografías II

¿Cuándo recibirán l@s Mecenas sus recompensas?

Entre el 9 y el 27 de marzo de 2015

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2 comentarios

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  • Jose Gimbel García

    Jose Gimbel García
    Autor/a

    más de 9 años

    Estimado Javier:

    Pues todo ha ido bien, hasta que hemos llegado al problema de la distribución. El problema es el siguiente: las editoriales tienen un convenio especial con Correos que les permite enviar libros a cualquier parte con una reducción muy importante (entre un 60 y 80 por ciento) de lo que costaría a personas particulares. A pesar de que ya advertí hace tres meses de este asunto a la Editorial el caso es que a día de hoy no se ha resuelto y, según me dicen, tardarán aún un par de semanas. Me siento muy avergonzado y te pido mil disculpas. Tu libro te lo enviaré mañana, porque un libro no es problema.

    Te agradezco infinito tu paciencia, y te mando un fuerte abrazo. Espero que, al menos, cuando lo recibas, te guste.

  • Javier González Rey

    Javier González Rey

    más de 9 años

    Hola Jose, va para cinco meses desd que me ilusionastes con tu proyecto y me involucré en el.

    Como va lo de tener el libro en mis manos ??

    un abrazo y gracias

    Javier

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#37 / YO

  1. m. Qué rara queda la vida una vez dormida. El yo revolcado en la preñez instintiva de su inalcanzable perfección. El yo en busca de principios, medios y fines. El yo sinsentido. Mi yo inconsciente. Yo, sensible y resentido. Mi yo y el misterio claro y tierno del bien y del mal. El yo y la exacta correspondencia con aquello que de invisible queda tras el deseo roto. Yo y mi cuerpo al que baño y alimento. Yo y el amor al que me pliego y con el que rara vez discuto. Yo y mi yo rotos. Mi yo contradictorio. Yo y el escándalo de sus ojos muertos. Yo y el sueño tibio e inconsciente que se orea en la visión de sus cuencas vacías. La mañana y yo.

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#37 / YO

  1. m. Qué rara queda la vida una vez dormida. El yo revolcado en la preñez instintiva de su inalcanzable perfección. El yo en busca de principios, medios y fines. El yo sinsentido. Mi yo inconsciente. Yo, sensible y resentido. Mi yo y el misterio claro y tierno del bien y del mal. El yo y la exacta correspondencia con aquello que de invisible queda tras el deseo roto. Yo y mi cuerpo al que baño y alimento. Yo y el amor al que me pliego y con el que rara vez discuto. Yo y mi yo rotos. Mi yo contradictorio. Yo y el escándalo de sus ojos muertos. Yo y el sueño tibio e inconsciente que se orea en la visión de sus cuencas vacías. La mañana y yo.

#36 / VERDAD

  1. f. Ya sé que no es verdad, ángel de amor, pero ¡a quién le importa la verdad! El amoroso lapislázuli y la mandarina se fundieron en un abrazo fraterno, y no fue por pasión, sino por solidaridad, que la luz del mar se hizo azul y que el agua, con una sonrisa, parió un susurro armonioso que llegó hasta una albahaca henchida de felicidad y muy alegre por ver, de nuevo, amanecer. A todo esto la amistad cogió a su mamá del brazo, mientras la esperanza hizo madre al azahar y la vida, toda, se hizo paz. Perpleja y más libre que nunca, la libertad se encogía de hombros y no paraba de vomitar ante tanta palabra hermosa. Todo esto sigue sin ser verdad, ángel de amor, pero ¿a quién le importa?

#35 / SINSONTE

  1. m. Como ocurre con la alegoría de los tronquitos de triglicéridos que acompañan mi colesterol, tropiezo y tropiezo conmigo mismo mientras me veo en la pantalla arrastrado por el torbellino de una vida cuyo secreto, de existir, no acabo de encontrar. El son pulposo que me mueve y me recoge en la calidez de un agua niña, ha resultado ser caprichoso e impredecible como la diástoles de un sol esquizoide que no puede ser sólo sol y al que sólo la soledad, y un cierto silencio, le pertenece. Guijarro soy, pues, sin amo y sin manto que me cubra. Y pájaro. Pájaro loco hijo de pájaro carpintero, no menos loco por ello e igual de pájaro. Y canto como el pájaro y el guijarro que soy, descubriéndome amigo del sinsonte de cuatrocientas voces, pedernal de pecho y vientre blanquecino. Vuelo como sólo las piedras y los pájaros vuelan, y como pájaro que soy, siento la alada… leer más

#34 / RODILLA

  1. f. Resulta extraño pero lo tengo comprobado: donde quiera que voy, va conmigo mi rodilla. A veces imperceptible, a veces silenciosa, a veces protagonista absoluta de una fiesta consistente en un andar bípedo más o menos cadencioso y escorado, todo ello en función, supongo, del cansancio que se acumule en mis rodilla, el caso es que lo que une mis músculos con sus correspondientes piernas pareciera como si no me soltara en banda, como si no quisiera abandonarme a mi suerte. In extremis o, lo que es lo mismo, en situación de caída libre, termino hincando mis rodillas en tierra para que todo el cuerpo descanse sobre ellas, y es entonces cuando puede decirse con rigor que me pongo de rodillas. Pero este arrodillarse no responde a ninguna súplica, ni es asunto de respeto, ni de veneración, ni responde a penitencia o castigo alguno, es sólo que me he caído y, de… leer más

#33 / QUIETUD

  1. f. El quietismo enseña, entre otras cosas, que las perturbaciones de la parte inferior del hombre son ciegas e involuntarias, idea esta relativamente fácil de comprender sin necesidad de llegar a ser un quietista de relumbrón. Quien más quien menos habrá sufrido en sus carnes la impaciencia, la agitación y hasta la turbación a las que, guiadas por el deleite, nos conducen los instintos, se encuentren éstos en el hemisferio donde se encuentren. No por nada se venía diciendo, ya de antiguo, que un hombre era quieto cuando no era dado a los vicios. Un hombre quieto, se decía, y con eso no se hacía referencia a los desplazamientos del señor, a su movilidad exterior, sino a que dentro de él, como suspendido en el tiempo, habitaba eso que llaman quietud, mezcla honda de calma y silencio, de soledad y de ternura, de descanso y sosiego. Hay que quietarse, amigo, y así,… leer más

#32 / PESPUNTE

  1. m. Denso líquido, el de mi deseo, que se adhiere viscoso a las escamas de un cuerpo en el que, finalmente, quedo disuelto. El querer, que es hábito del alma, se deshace así de la sábana pluvial que aclaran las viejas lavanderas en su trasiego de cantos y de manos. Pespunte a pespunte me voy uniendo a ti como residuo de vida necesariamente impuro, indefinido e inexacto, como costra gris en un paisaje gris, obra de quien ya no está para muchas martingalas. Gris sobre gris, invoco aquí a las lenguas que lamen, y a las bocas que esconden las lenguas que lamen, y a las tristes mejillas que reciben apenas el gesto de un beso de quien ya no tiene tiempo para besos, para que sean esas lenguas, esas bocas y esas mejillas las que hablen de mi inocencia. A mi ya no hay quien me crea.

#31 / OSTRACISMO

  1. m. Anacarada por dentro, no es que esta molusca lamelibranquia fuera especialmente retraída, ni mucho menos misántropa. El mal que aquejaba a esta madreperla no era otro que un soberano aburrimiento que, ciertamente, se prolongaba ya en exceso. Adherida a la roca, a la misma roca un día tras otro, soñaba con ver su nombre escrito en los caparazones del ostrakón para que, en consecuencia, la próxima asamblea de ostras dictaminase su destierro, o el exilio, o la deportación, o la confinación, o un viaje fin de estudios, o al menos el alejamiento, algo, cualquier cosa que la permitiera sino salir de su concha, que sería tanto como salir de sí misma y no lo veía muy claro, sí al menos conocer otras rocas a las que agarrarse, otros vecinos, otras aguas, en fin, lo que se dice ver mundo. Como Hiparco, Arístides o Hipérbolo, se imaginaba condenada al ostracismo y… leer más

#30 / OMBLIGO

  1. m. Soy el ombligo del mundo. Y antes de ombligo fui el cordón umbilical del mundo, y aunque parezca raro en un poeta, he de decir que fue a través de mí como el mundo se nutrió durante mucho tiempo porque fui yo el que unió a la madre naturaleza con el vientre de la Vía Láctea, que hacía las veces de feto, hasta que el mundo fue parido por la madre que le parió. Transcurrido un tiempo me sequé, como también les ocurrirá a ustedes, hasta quedar convertido en esta especie de cicatriz redonda, en este nudo depresivo con aspecto de pasa que, desde un punto de vista geográfico y para que ustedes se ubiquen, habita en la ciudad de Mirna. A veces, por egocentrismo o por autocomplacencia, el mundo me mira, me mira fijamente, y lo que entonces acontece es que, ni más ni menos, el mundo se está mirando el ombligo. Estos miramientos ocurren desde que el mundo es mundo. A… leer más

#29 / NÚMERO

  1. m. Fue con mucha paciencia que construí la soledad que ahora tengo y que ya apenas si muerde. Mientras su mirada me olvida, mi nuca de piedra calcinada al sol que más calienta es un hervidero de intemperies, un buen lugar donde las señales y las alimañas que beben de las aguas del olvido pueden practicar sus trotes rituales. Es así como envenenan mi memoria ciega y deshabitada. Anudan a mi cuello los arenales de locuras y los cajones de ruidos tristes donde acumulo el pasado, y me dejan al pairo para juguete de los pretéritos remolinos del tiempo. El cuchillo de la memoria saja la trémula carne de la nostalgia, pero ya de poco vale. A oscuras, a solas, apenas si me quedan fuerzas para derramar una lágrima sobre cada vergüenza, apenas si noto ya rastros de vacío, amor y número.

#28 / LLAMADA

  1. f. La propuse irnos juntos al diablo, y aceptó. Como corresponde a la clase de las atracciones perversas, pensamos que todo el drama se debería desarrollar en riguroso directo en un lugar en el que cabría de todo y los infinitos, como los extravíos y los patios de las casas de cada cual, serían muy particulares. Lo teníamos todo previsto: sus hijos se convertirían en los hijos de una viuda de ilustre memoria, la luz haría mutis por el foro y el silencio del atardecer ahogaría sus quejidos en la mar justo antes de que huyeran por enésima vez. Se trataba de remover las profundas aguas de la identidad y de pasar con sumo cuidado al otro lado del libro de las horas, y se trataba también de que todo esto lo hiciéramos con la consciencia propia de los curiosos y de los impertinentes. Empero, nada sucedió como habíamos imaginado. La última llamada, la definitiva, quedó en espera.

#27 / ACCIDENTE

  1. m. Digo que somos un accidente, y con lo que digo quiero decir no sólo que actualmente estamos accidentados o al borde de estarlo, lo cual no sería nada del otro jueves, sino que provenimos de un accidente y nos dirigimos, si cabe, a un accidente mayor. Todo parece tan hecho, tan medido, tan estructurado, podría decirse que todo parece tan pensado, que nos olvidamos de lo extraordinariamente azaroso y casual que supuso la existencia de la primera célula, y de lo extraordinariamente azaroso y casual que supone el hecho de que usted y yo estemos vivos, de que existamos y vivamos cada cual en su casa como dios vive en la de todos. Claro que si se pone usted a pensar, o me pongo a pensar yo, aunque esto sea más difícil, o los dos a la vez, pongamos que los dos a la vez nos ponemos a pensar con profundo rigor en la trascendencia de tanta cosa extraordinaria, lo que… leer más

#25 / MUJER

  1. f. No hace falta haber sido vista. No hace falta tampoco que haya sido olida, ni que mi mano ni mano alguna se haya posado jamás en su piel. No hace falta siquiera que tenga piel, y el hecho de que sude o no, que ronque o no, puede resultar del todo intrascendente. La mujer de la que quiero hablarles sólo necesita ser escrita, y si esto tampoco les basta, concedo que necesite ser escrita y reescrita, y si sigue sin parecerles suficiente, puedo aceptar que necesite ser escrita, reescrita y leída, y si esto, que ya es mucho, resulta poco para sus exquisitos paladares, me atrevería a llegar al extremo de decir que quizás necesite ser escrita, reescrita, leída y desleída, y ahí paro porque les aseguro que con esas cuatro notas características la basta, y aún sobra, para poseer una existencia más que digna. Si la mujer está castrada, o si canta fados, si es erección o… leer más

#24 / MORTAL

  1. adj. Lo bueno de estar muerto es que tienes mucho tiempo para escribir, y lo peor de escribir en estas condiciones extremas es que la crítica especializada no abunda, razón por la cual conviene estimular todos aquellos mecanismos que permitan el alejamiento del autor con su obra, titánica tarea ésta para la cual no todos los muertos están preparados. Así pues, escribir se convierte en una de las maneras, la única a veces, que tienen los muertos de dejar rastro. También es de las pocas formas que tienen a mano de dejar de pensar o, en el peor de los casos, de ir soltando el lastre de lo pensado cuando cada noche, fatigado y en paz, vuelve al nicho y apaga la luz. La convaleciente quietud en la que aparentan vivir es ficticia, ya que saben como cualquiera que las historias se generan a sí mismas y tienen sus propias leyes. Basta con que en una tarde tonta alguien,… leer más

#23 / MILAGRO

  1. m. Ahora son siete, pero hace tres mil quinientos años eran ocho las células que, conservadas seguras y silenciosas a menos doscientos diez grados Celsius, latían al unísono, como púlsares estelares, en un lenguaje y con un código desconocido por completo en el resto del universo. En el corazón de nuestra galaxia, protegidos por la distancia, ocultos en esa especie placenta de oscura materia y de más oscura energía, estas células soportaban masas equivalentes a un millón de soles, y fuerzas gravitatorias que erizarían los pelos al mismísimo Einstein, pero aún así y todo, latían. Fue la casualidad, supongo, la que hizo que una de ellas escapara y se reprodujera en el cristal de cuarzo de un planeta frío e inhóspito, muy lejos de la radiofuente Sagitario A, e hiciera posible lo que hoy llamamos vida. Sin saber muy bien a quién, doy gracias todos los días por el milagro.

#22 / MAR

  1. amb. Iba a decir que creo, pero no, no lo creo, ahora sé con absoluta certeza que tengo un mar en mi cabeza. A veces me sorprendo sumergido en él, o sea, inmerso en mí mismo, entre miedoso y alucinado, observando detalles que fluyen como borbotones de las profundidades de ser que soy. El mar que habita en mi cabeza tiene colores. Y es húmedo y oscuro, como ciertos besos. El mar que habita en mi cabeza está vivo. Lo sé porque cambia. Su sabor cambia. Y cambian también los colores que me ofrece (hasta doce tipos distintos de azules conté un día que flotaba sin prisas). Su humedad me sigue excitando. En eso no cambia.

#20 / LUZ

  1. f. Puedo decir que es luz de luz lo que recibo, y no me equivoco, ya que la luz que me ilumina me llega a través de su luz, que es una luz negra y vital que resulta esencial para comprender lo que en mí hay de oscuro y de invisible. Por eso cuando me traspasa con sus rayos, que es como decir cuando me acaricia, o me besa, o me mira, o me abraza, es como si ella diera a luz, o como si llevara puesto un traje de luces, algo que hace a todas luces evidente el espectro visible de mi conciencia y nubla la preclara inteligencia de la que se supone está uno dotado para salir de las apreturas y atolladeros poco menos que alucinantes en los que acaba uno metido sin comerlo ni beberlo. Es cierto que su luz, ultravioleta en extremo, pasa recibo, que es lo que yo llamo el recibo de su luz, pero espero también que comprendan, a la luz de las circunstancias descritas, que pague… leer más

#19 / JODER

  1. intr. No quería provocar enfado, ni irritación, ni asombro ni, mucho menos, molestar, fastidiar, destrozar, arruinar o echar a perder a nada ni a nadie. Sólo quería lo que se dice follar, o practicar el coito si lo de follar les resulta voz malsonante, así que la propuso dejar de bailar, salir al callejón, y joder un ratito. ¿Joder?, con interrogantes, fue lo que dijo ella al escuchar la propuesta, más o menos lo mismo que dijo él, ¡joder!, aunque esta vez con exclamaciones, cuando, confirmada la sugerencia por parte de su acompañante, le soltó aquel sonoro bofetón que aún resuena en su cabeza. Segundos después del lamentable suceso, y aún dolorido, fue cuando comprendió no sólo que acaba de joderla, no a la chica, que se fue del lugar tan campante y pensando en sesenta y nueve maneras de joder a los hombres, sino la situación, porque era su situación la que… leer más

#18 / IMPREDECIBLE

  1. adj. Si mal no recuerdo se trataba de poner una palabra, y después otra, y si todo sigue como antaño, puede que vengan más palabras que se sumen a la convocatoria, hasta que de forma impredecible alguien, o ellas o tu, decidan dar por terminada una intensa relación que se ha desarrollado durante unas líneas en forma de pequeña historia. Veamos. Hoy elijo mar. Elijo mar y digo que la arena más que blanca está pálida, y que mi huella casi ni se nota entre el mar de huellas que otros dejaron antes que yo. Afinando más, digo que mi sendero más que sendero es un deambular errante hasta un agua que nunca llego a tocar porque pienso. Y lo que pienso es que mar adentro, bien metido en su barriga, la mar se convierte en el mar y debe hacer frío, un frío húmedo, y de ahí mi pensar me lleva al último mensaje recibido del que tengo recuerdo y que me venía a decir que,… leer más

#17 / IRA

  1. f. En su juventud, este pecado capital aparece en forma de rabieta o berrinche. De mayor cobra cuerpo y adopta su nombre definitivo: ira. La ira engaña. Incluso la ira de dios engaña. Por el aspecto de sus signos pareciera que cabalgando la furia, la rabia o el rencor, pudieras ir a algún sitio. Y la verdad es que no. Esta pasión del alma no conduce más que a la indignación, al enojo o a la venganza, como mucho a un desahogo inútil, pero eso no es ir a ningún lado sino quedarte donde estás, pero mucho más cabreado. O peor que no ir a ningún lado, gracias a la ira te puedes encontrar andando ciego hacia el vacío. Ni tan siquiera está claro que la ira contra uno mismo, ejecutada mediante el suicidio, condujera a ningún lugar, más allá del séptimo círculo en el infierno de Dante.

#16 / IDEA

  1. f. Si me tropezara por casualidad con el primero y más obvio de los actos del entendimiento, y en el supuesto de que pudiera comunicarme con ella, lo primero que haría sería preguntarla qué idea tiene de si misma, sólo para tener una idea de con quién estoy hablando.

#15 / HORTENSIA

  1. f. Administro mi muerte con rigor contable y cierto desprecio por los decimales. Y así, a pesar de las adversas inclemencias de un tiempo loco y celular, continúo imparable la labranza y la siembra del morir, confiando en que la cosecha resulte buena y lejana, por ese orden. La mujer de piernas de alquitrán me trae el cuenco de agua fresca en el que leo el augurio de la quietud abrasada por la espuerta y el delantal, y basta un segundo de frescor en el gaznate para imaginarme sus labios en perversa lentitud humedeciendo mi piel con la lluvia como fondo. Repensando la escena, veo clara la inutilidad de toda plegaria, incluida la del carbón que día tras día gime por su hortensia con la esperanza puesta en traspasar las fronteras de reino de lo mineral para llegar así, fresco, al almidonado corazón de su amada.

#14 / GUSTAR

  1. tr. Debo pensar en catorce cosas que me gustan. Bien. Me gustas tu, pero no tienes aspecto de cosa. Me gusta sentirme vivo y me gusta reír, sin necesidad de que ni una ni otra cosa puedan considerarse cosas del otro jueves. Me gusta el estado de cosas resultante de dejarme llevar por la música y flotar en el agua. Me gustan las caricias, especialmente las que surgen como si tal cosa. Sin menoscabo alguno de que cada cosa esté en su sitio, me gustan las cosas que son palabras y las cosas que son comidas. Me gusta que me coman, de hecho me gusta el sexo, pero pudiera ser que no hubiera tal cosa o que hubiera que dejarla como cosa perdida o como cosa de locos. Me gusta hacer lo que me gusta, y como me gusta pintar y me gustar cantar, pues pinto y canto no vaya a ser cosa que se me olviden. Me gusta preguntarme cosas y, aún siendo cosa perdida, también me gusta el… leer más

#13 / FRSCASO

  1. m. Breve pero verídica historia de un fracaso: Me puse a buscar un sentido a lo que hacía, y no solo no lo encontré sino que dejé de hacer lo que hacía. El siguiente paso fue buscar sentido a lo que no hacía, y no solo no lo encontré sino que deje de pensar.

#12 / ESTIERCOL

  1. m. Me salva una cosa: la consciencia del trabajo que aún queda por hacer. Lo hecho hay que considerarlo a modo de materia orgánica, maloliente como el estiércol, pero susceptible de germinar si logro tamizarla con cariño a través de los enrevesados alambiques del tiempo y el esfuerzo.

#11 / ENTRETEJER

  1. tr. No se pueden ni imaginar lo que daría esta noche porque sus manos se sumergieran en mi pelo acariciándome con dulzura hasta que Morfeo tuviera a bien acogerme en su morada de ensueño. Sin palabras. Sin sexo. Sólo el sonido de sus manos arrullando mi pelo. Sólo el roce de sus hábiles manos jugando con mis cabellos. Sólo el silencioso bamboleo de sus dedos entretejiendo bucles y mimos, tirabuzones y mechones, hasta desintegrar con su juego lo que de mí quede de consciente.

#10 / EGOÍSMO

  1. m. Me he planteado en múltiples ocasiones el problema del egoísmo, del mío en particular, y cuando no me lo he planteado me lo han planteado.

#09 / DOS

  1. adj. Ser dos. Uno y uno. Extremadamente dos. Dos unidos por la casualidad y el cansancio. Dos que aman. Dos que preguntan, se preguntan y suman. Dos que andan uno tras otro al lado uno del otro. Dos fieras que en calma comparten tiempo y mantel. Uno y uno que resultan ser dos espadas y dos lenguas de doble filo. Los mismos dos que definen la recta. Dos que cada dos por tres riñen y que al compás del dos cuatro construyen besos apareando labios de dos en dos. Dos hados silenciosos y adosados que todo lo dicen, a veces, tras la brevedad de no más de dos palabras. Dos grandes, como letras de dos puntos. Dos sistemas operativos nadando entre dos aguas que son doble y mitad, doble o nada, pares e iguales. Dos a atacarse por denegación de servicio. Dos a quererse y dos a querellarse. Dos que se suturan con apenas dos puntos para, libres y erguidos, continuar siendo, expresa y voluntariamente, dos.

#07 / DICHOS

DICHOS

  1. m. pl. No hay nada urgente que decir. Nada sorprendente. Nada decisivo. Y sin embargo, llegan las palabras. Ordenados escuadrones de signos en espera de ser conformados y dichos. Quieren salir de la bolsa de líquido amniótico para convertirse, cuanto antes, en hechos, y antes aún, en dichos, en sonidos articulados que, además de dichos, reclaman su derecho a ser sentido.

#06 / DESDÉN

  1. m. Las hormigas atraviesan mi cuerpo como yo atravieso mis creencias, y es que tanto ellas como yo habitamos un tiempo denso, plomizo, un tiempo cargado de vapores pesados que no expresan sino dulce desdén. Se acabaron los días de impúdica enjundia en los que, ataviado con la vestimenta del poeta y alimentándome de su propio miedo, me entendía bien con la basura y me refugiaba en mis legumbres. Se acabaron también los tiempos en los que su boca, chorreando necesidad, se acercaba a la herida de mis días para besarlos y depositar en ellos el vinagre de excitante escozor que me daba la vida.

#05 / DESALIÑO

  1. m. Pájaro serás, te dije, y tú vianda de pájaro, me dijiste, y aunque intenté zafarme del mandato de tu profecía desdiciéndome de ti una, dos, tres y hasta cuatro veces, al final no pude con el peso de las palabras dichas. Ni desaire, ni despego, ni menosprecio, todo quedó en desaliño afectado.

#04 / CHISMÁTICO

  1. m. Mi madre me ha pedido que le alcance el chismático. Sin asomo de duda, y con un gesto casi mecánico, he cogido el bolígrafo que tenía al lado y se lo he dado. Horita mismo me ha preguntado si había visto el chismático, y ante mi pregunta de qué chismático, me ha dicho que el chismático de coser, entendido lo cual la he dicho que creo haber visto el costurero en el armario del pasillo. No siempre tenemos tanta suerte. A veces, estando con los hermanos o con amigos, se presenta en el salón preguntando por el chismático y todo el mundo pone caras raras y enigmáticas, a medio camino entre la perplejidad y la duda, hasta que gracias a un juego ya conocido de gestos, preguntas y respuestas adivinamos que se trata del teléfono, de las tijeras o del chismático para encender el gas. A estas alturas de la disertación, quien más quien menos ya habrá captado que el… leer más

#03 / COMPASIÓN

  1. f. No siete, sino hasta setenta y siete veces me perdoné, es decir, todas las veces, y en todas lo hice corrompido por la compasión. Porque es así, con pasión, como dicen que hay que hacer las cosas: con apetito y, si cabe, hasta con vehemencia, especialmente cuando de lo que se trata es de tener conmiseración y lástima por uno mismo, es decir, cuando de lo que se trata es de compadecerse de la triste sombra que la figura de cada cual proyecta sobre el viejo camino. En esos casos, y en general en tiempo de desdichas y decaimientos, lo ideal es tener un compadre que se compadezca de ti o, al menos, un compadre que se compadezca contigo, pero si no es así, si uno está solo, ya tiene dos motivos para reclamar de quien proceda su propia compasión: uno, la presencia de la desgracia; otro, la ausencia del amigo.

#02 / CERRADO

  1. adj. Me parecía a mí, no se por qué, algo cerrado de mollera, pero salí de mi error cuando le oí declararse en estado de cerrado por balance. No dijo cerrado por vacaciones, ni por descanso del personal, ni por defunción, no, dijo, y lo dijo bien claro, que estaba “cerrado por balance”. Claro que según en qué balances se meta uno pueden requerir, o no, de un cierto nivel de diálogo y de apertura interior que no resulta nada, pero que nada, fácil. Todo esto suele acontecer cuando muchas de las salidas usuales se ven cerradas o cuando tienes la sensación de vivir en un circuito cerrado y, para colmo de males, aburrido. Entonces se pone uno rígido, estricto, terminante, y si te da por estrechar el paso del aire tienes que tener cuidado porque se puede llegar, casi sin querer, a la oclusión total, a la cerrazón absoluta. La noche está cerrada y las curvas más… leer más

#01 / BASTÓN

  1. m. Cuando me miraste no me miraste a mí, miraste al bastón, pero no importa porque sé que en el fondo me querías mirar a mí, lo que pasa es que el bastón era muy atractivo y por eso le miraste primero a él. Claro que el hecho de comprender algo no me impide en absoluto odiar la cosa comprendida, así que mi primera reacción fue odiar al bastón sobre todas las cosas y decirme para mis adentros algo así como que eso me pasa por comprarme bastones bonitos. Cuando alzaste tus ojos y se encontraron con los míos yo ya sabía que no me pertenecías, y eso me relajó, y me relajó al punto de permitirme contarte la historia de aquel amor que duró tres segundos, tres segundos que pudieron resultar eternos pero que se quedaron en tres segundos de los normales, los que transcurrieron entre que miraste el bastón, nuestros ojos se cruzaron y yo comprendí que no me pertenecías. Era la breve pero verídica historia de nuestro amor, y tú lo sabías.”

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